Vaya por delante que no pretendo yo aquí animar a nadie a que empiece una carrera pirómana. Simplemente, entre los ejercicios que tenía recopilados, uno tenía de título ‘Encender una cerilla’, pero se me ocurrió que la idea tenía recorrido, y me decidí a investigar.
Así pues, empecé a encender una vela, luego una cerilla, y finalmente una bengala. Vamos a ver cómo fue cada experiencia.
Fotografiar una vela
Existen infinidad de velas de cera en el mercado. En mi caso he utilizado 2 que tenía a mano en la tienda que gestiono con mi mujer.
Para este caso, tenemos tres esquemas de iluminación posibles.
Iluminación propia de la vela
Apagamos todas las luces del estudio, y medimos la exposición de la toma exclusivamente con la luz de la llama de la vela. Bien, obtenemos una imagen que, correctamente expuesta, queda más bien triste, ya que la luz de la llama tiende a ser caliente pero más bien apagada.
Iluminación con la luz fija del estudio
En este caso, no apagamos las luces del estudio. Obviamente la medición de la exposición nos dará un tiempo de exposición mucho menor. El resultado, además, será un poco más vivo en casi toda la imagen, salvo en un punto: la llama de la vela.
¿Qué ha pasado? Me costó darme cuenta, pero el problema radica en que la llama no es un cuerpo sólido que se pueda iluminar externamente. Como reducimos el tiempo de iluminación, la llama queda apagada respecto a la toma anterior.
Iluminación con flash
En este último caso, la iluminación la debemos proponer en dos pasos. Primero, apagamos las luces del estudio y sacamos la foto de la vela según nos interesa para esta imagen. Obviamente, nos dará una exposición relativamente larga. Finalmente, añadimos el flash, indistintamente a 1ª o 2ª cortinilla.
Esto lo hacemos para que el flash nos dé la iluminación que nos interese a nosotros. En mi caso utilicé un flash cenital con un snoot casero (que es otro ejercicio propuesto en ‘Laboratorio Fotográfico’).
De esta forma, conseguimos una llama suficientemente iluminada, junto con el resto de la imagen dibujada por el flash con el snoot.
A esta idea le he sacado el beneficio de la fotografía de producto.
Encendido de cerillas
Con el encendido de cerillas, así como en el apartado siguiente, las chispas de bengala, no tenemos mucho secreto. Como mucho, tendremos que añadir un anillo de extensión para poder acercarnos un poco más, e ir jugando con los parámetros a base de prueba-error. Y disparar en ráfaga, por supuesto.
Bengalas de chispas
Las bengalas de chispas son esos artilugios pirotécnicos que se les compran a l@s niñ@s por la verbena de San Juan que, siempre bajo la supervisión de adultos, se encienden y lanzan chispas. Debo reconocer que mis hijas las han disfrutado muy poco, no por su posible miedo, sino por el de su madre.
Para hacer estas pruebas, mi único temor era el posible olor que dejaran las bengalas, que se pudiera notar en el resto de la tienda, y no sólo en el estudio. Afortunadamente, las más pequeñas no han dejado mucha huella en la tienda.
Las chispas que salen disparadas de la bengala en ignición serán más o menos abundantes y largas en función de la velocidad de disparo que utilicemos. Al utilizar un anillo de extensión de 20mm para ampliar un poco la imagen acercándonos a la bengala, también tendremos que proteger el objetivo con un filtro UV.
Podemos jugar con los parámetros de ISO y apertura de diafragama. Sólo debemos tener clara qué velocidad queremos.
La Fotografía Estenopeica nos permite hacer un viaje al pasado, un viaje melancólico a nuestra infancia, cuando, casi todos nosotros, tuvimos en algún momento un ejercicio en el colegio que todavía hoy recordamos: la caja oscura.
La caja oscura era un ejercicio de manualidades muy sencillo, pero que daba un resultado muy llamativo. Se cogía una caja de zapatos cualquiera, se pintaba de negro por dentro y en un lateral se hacía un agujero y en el lateral contrario se abría una especie de ventana en la que se colocaba un papel cebolla. Otra variante era cambiar el papel cebolla por un negativo interno, aunque esta variante ya estaba destinada a estudiantes de fotografía.
En fin. Aunque existen en el mercado soluciones muy trabajadas (y muuuuuyyyy caras) que incluso pueden modificar la distancia focal, la que yo empleo es la que hago con una tapa de cuerpo de cámara (inversión aprox. 2€). Al ser plástico duro y algo grueso, primero haremos un agujero burdo (y de diámetro suficiente) que luego tapamos con algo como un papel (lo más opaco posible), o papel de plata, lo que sea que nos permita hacer un agujero lo suficientemente pequeño con una aguja.
Unos datos técnicos
Básicamente, cuando realizamos fotografías con nuestra cámara utilizamos 3 ó 4 parámetros. Los 3 relativos al triángulo de la luz, es decir, sensibilidad, apertura de diafragma y tiempo de exposición, y la distancia focal, que bien será fija (objetivos fijos) o variable (con objetivos zoom).
La sensibilidad la seguimos estableciendo de la misma forma que siempre. O sea, arrancamos a ISO 100. Aunque luego veremos que en próximas salidas la vamos a cambiar.
Apertura de diafragma. Aquí depende de las manos del artista. Cuanto más fino sea el agujero final, más fino será el círculo de confusión. Por lo tanto, mejor definición tendrá la imagen final. También comentaremos más adelante algo más acerca del círculo de confusión.
Tiempo de exposición. Muy sencillo, lo que te pida la cámara. También aquí tendremos que ver qué sistemas de medición de exposición utiliza la cámara cuando no dispone de objetivo (oficial, aunque en este caso sea válido).
Distancia focal. Vamos a ver a continuación cómo funciona la distancia focal en este caso.
Vamos por partes.
Distancia focal. Cómo se mide
Según el artículo “Distancia Focal: Explicación Simplificada” de blogdelfotografo.com, “La distancia focal es la distancia entre el centro óptico del objetivo, y el sensor o plano focal sobre el cual se proyecta la imagen”. Y punto.
En nuestro caso, el centro óptico del objetivo (el cual no existe), se produce en el mismo agujero de la tapa perforada. Por lo menos en el caso de cámaras Nikon, en la parte superior se puede apreciar un símbolo circular atravesado por una línea recta (en la imagen se ve en la parte inferior izquierda de la cámara), que nos indica dónde se encuentra el sensor de la cámara. Así, si medimos desde la recta de este símbolo hasta la tapa, tenemos la distancia focal. En mi caso son unos 50mm.
Podemos comprobar este dato tomando la misma fotografía con la tapa estenopeica y con un objetivo fijo de 50mm. Observaremos que ambas imágenes son prácticamente la misma, salvo las diferencias de definición. Además, da igual si hacemos la prueba en una cámara de sensor recortado o full frame, lo cual nos da a entender que, efectivamente, el factor de recorte lo produce el tamaño del sensor de la cámara.
Sensibilidad
Durante el procesado de las imágenes que tomé en mi primera salida, observé que el tratamiento que hacía en las imágenes era el mismo: preset de fotografía antigua, viñeta -20 y añadir ruido. Con estos parámetros quedaba el acabado vintage que yo buscaba.
Para la toma de las fotos utilizaba ISO 100 y el tiempo que precisaba la cámara en cada toma, que generalmente eran varios segundos, obviamente sobre trípode.
Vale, pero, qué pasa si yo subo la sensibilidad al máximo? Pues que automáticamente se me generará el ruido (o grano) sin tener que añadirlo en la edición posterior, y en ciertas condiciones de luz me permitirá ahorrarme el uso del trípode.
Primera vuelta de tuerca: modificar la distancia focal
Entre los ejercicios de ‘Laboratorio Fotográfico’ tengo uno previsto, “Tubo de papel higiénico como tubo extensor”. Buscando la forma más elegante de hacerlo, pensé en utilizar como bases intermedias (por el diámetro del tubo de cartón que disponía) los anillos de extensión que adquirí para las prácticas de fotografía macro. Pero, en realidad, los mismos anillos de extensión me servían como tubos extensores, y encima calibrados. Así pues, si a nuestra tapa estenopeica (distancia focal aprox 50mm) le añadimos los anillos extensores de 12 y 36 mm, estamos pasando a una distancia focal de 100mm (150mm si utilizamos un sensor recortado). Para ilustrar este artículo, utilicé el anillo de 36mm, lo que resulta en una distancia focal de unos 86mm, que me permite comparar con mi 85 mm.
Segunda vuelta de tuerca: modificar la apertura de diafragma
Aquí ya empezamos a hablar de inversión económica. He encontrado un ‘objetivo’ estenopeico con agujeros de diámetro variable. Se llama Thingyfy Pinhole Pro, y dispone de agujeros de diverso diámetro. Los precios que yo estoy encontrando varían entre 99 y 133 €, pero os aseguro que mis pruebas con uno de ellos será un próximo artículo de este blog, tanto en fotografía como en vídeo.
Puntualización: Modo de medición de exposición
Observé, al realizar las tomas estenopeicas, que la cámara dejaba de mostrarme la medición matricial, para mostrarme la medición ponderada al centro. Tras preguntar en grupos de Facebook, varios usuarios me dieron la respuesta: la medición matricial la proporciona el objetivo, la cámara no puede, y al no tener contacto con ningún objetivo, cambia el sistema de medición de la exposición.
Ejemplos de imágenes estenopeicas tomadas en Esplugues
Como la mejor forma de hacer camino es andando, pues tocaba hacer unas salidas en plan safari fotográfico por Esplugues. Aquí tenéis una galería con los resultados:
En el listado de ejercicios que tengo, hay por lo menos 3 que se pueden hacer con papel de plata:
Fondo con papel de plata
Tiras de papel de plata para bokeh
Filtro con papel de plata
Por tanto, la adquisición de un rollo de papel de plata no es ninguna ruina y me daba pie a hacer las diferentes propuestas. También he de reconocer que he dispuesto de una estatuilla de San Pancracio (a ver si me aporta mejoras económicas, eso dicen).
Fondo con papel de plata
Empecemos por la primera, el fondo. Simplemente hay que arrugar un trozo de papel de plata y lo colocamos sobre una base que se mantenga firme en vertical. Si lo queremos teñir de color debemos iluminarlo con un flash a potencia mínima sobre el que colocaremos un gel del color elegido. En mi caso busqué un azul complementario con el color de la capa de San Pancracio.
El flash deberá quedar oculto de la escena, obviamente. En mi caso, para ello, he alzado la base de metacrilato negro de San Pancracio para disponer el flash debajo de ella.
Este flash sólo se encarga de la iluminación del fondo. Si utilizamos una combinación luz permanente con flash, el fondo se nos cargará (quemará) de luz. Por tanto, debemos emplear otro flash que ilumine nuestro San Pancracio.
Así, tendremos un flash para el fondo y otro para el sujeto. El flash del sujeto nos puede añadir luz al fondo (en este caso blanca) y para evitarlo dispondremos una simple cartulina negra a su lado (o bien utilizaremos un panel de abeja en este último flash).
En cuanto a los parámetros de la cámara, diafragma lo más abierto posible (en mi caso f/2) y velocidad en función del uso del flash (aquí 1/160).
Tiras de papel de plata para bokeh
En este caso cortaremos tiras de papel de plata que dejaremos caer entre la cámara y el sujeto de la imagen. Sobra decir que utilizaremos el disparo en ráfaga para después elegir el mejor resultado.
Una vez hice la prueba, me pareció un resultado muy pobre, y pensé en cortar las tiras para hacer una especie de confeti de plata. Esta otra imagen me convenció más.
En este caso, el fondo debe ser negro para que resalten los flares que se crean con el papel de plata desenfocado, aunque más adelante veremos que se pueden realizar variaciones.
Es decir, si mantenemos un fondo iluminado, no resaltarán adecuadamente las tiras (o confeti) de papel de plata.
Aquí no utilizamos flash. Por tanto, la velocidad de obturación vendrá condicionada a la situación lumínica. El diafragma lo mantenemos a f/2 (el mínimo posible, para conseguir el bokeh).
Filtro con papel de plata
Este último ejercicio no me ha convencido. Básicamente, se trata de pegar una tira suficientemente ancha de papel de plata, alrededor del objetivo, como si pusiéramos el parasol del objetivo.
El efecto conseguido vendría a ser como una viñeta invertida (en blanco), como se puede ver en la imagen.
Aquí lo que nos tenemos que asegurar es que la luz entre dentro del cilindro de papel de plata, para que haga el efecto adecuadamente.
Combinando los efectos
Una vez vistos los resultados, y siempre buscando ir un paso más allá, se me ocurrió intentar combinar los efectos, para ver qué podemos conseguir finalmente.
Teniendo claro que el último ejercicio no me convencía, sólo me quedaba la posibilidad de combinar los dos primeros: el fondo y el bokeh con tiras. Pero, para que resaltara el segundo sobre el primero, el truco fue utilizar otro gel de color en el flash que ilumina el sujeto, incluso en detrimento de que su color final no fuese adecuado (quizá la mejor opción hubiese sido 3 flash, con un flash exclusivo para el sujeto con panel de abeja, y otro con gel para el confeti).
Conclusión
Si bien la última prueba deja puertas abiertas a nuevas experimentaciones, yo, por resultado y por ser más sencillo, me quedo con el fondo de papel de plata con color. Creo que puede dar mucho juego en muchos tipos de fotografía, sobre todo de producto.
Este ‘Laboratorio Fotográfico’ no es más que, tal como explico en ‘Ejercicio 00. Qué es LABORATORIO FOTOGRÁFICO’, un conjunto de ejercicios fotográficos que no había hecho hasta ahora.
Sí es cierto que ya había leído el libro ‘Fotografía Macro’, de Fran Nieto, pero la inversión que requiere un buen objetivo macro había pospuesto este ejercicio.
Pero hace poco realicé una inversión en pequeño material fotográfico complementario, en la que incluí un conjunto de 3 anillos de extensión, así como un riel macro y un flash led anular.
El juego de anillos de extensión
El juego que adquirí es de la marca Meinke, para montura F de Nikon. Lo bueno de estos anillos es que mantienen la conexión electrónica entre el objetivo y la cámara, lo que si bien no ayuda mucho con el autoenfoque (preferible el enfoque manual), sí que te permite modificar la apertura del diafragma.
Son de un trato tosco o rudo en su montaje y desmontaje, pero una vez te acostumbras a utilizarlos transmiten confianza.
Su precio es inferior a 50 euros y desde ya os digo que es una muy buena inversión, gracias a los nuevos puntos de vista que proporcionan y los nuevos elementos que aparecerán en vuestras imágenes.
Cambio de paradigma
“Si una foto no es suficientemente buena es porque no estabas suficientemente cerca”
Robert Capa
Yo pienso que Capa no se refería tanto a lejos o cerca, sino a buscar el mejor ángulo para tomar la foto. Pero, aún así, yo voy a complementar su cita con una mía.
“Si quieres estar más cerca, utiliza un anillo de extensión”
Sergio Toca
Que conste que me permito esta licencia literaria, básicamente porque este es mi blog.
Pero realmente los anillos de extensión, por una mínima inversión, te permiten aproximarte más a la escena, proporcionándote un universo diferente.
Fotografía de aproximación, macro y microfotografía
Fran Nieto diferencia en su libro tres tipos de fotografía:
Fotografía de aproximación. Relación menor a 1:1 entre sensor y escena.
Fotografía macro. Relación entre 1:1 y 1:10.
Microfotografía. Relación mayor de 1:10. Se hace con microscopio.
Como veremos en el resto del artículo, trato principalmente la fotografía de aproximación y macro.
Puede parecer ahora que la fotografía de aproximación es la hermana menor de la fotografía macro, pero nada más lejos de la realidad.
Otro punto de vista
Hace tiempo que me aficioné a asistir con mi cámara a una fiesta popular que se celebra en Esplugues, donde resido (así como en muchísimas poblaciones de Catalunya), en la que se homenajea y bendice a los animales de las granjas, actualmente casi exclusivo caballos. Se llama ‘Els 3 Tombs’ (Las 3 vueltas).
Pues tenía en cabeza la imagen de un autorretrato en el ojo de un caballo. Pero con ninguno de mis objetivos conseguía un resultado aceptable, ya que incluso las focales más largas me obligaban a alejarme mucho para poder enfocar.
Este año se me ocurrió hacer una prueba más, pero empleando un anillo de extensión. Así que, de camino al evento, pasé por mi estudio y cogí el anillo de 20 mm.
Ya en el punto de concentración, instalé el anillo en mi D7500 y el objetivo kit Nikon 55-200. Diafragma abierto al máximo, velocidad 1/600 (máxima distancia focal 200 por factor de recorte APS-C 1,5 y, por si acaso, doblado).
El proceso de enfoque fue una combinación de uso de mi cintura, junto con el zoom del objetivo. Hay que intentar no invadir el espacio vital del animal.
De hecho, a la cuarta toma que intenté hacer, el paciente modelo empezó a guiñarme el ojo, no sé si como parte de un cortejo o como muestra de cabreo. Por si acaso, lo dejé estar.
Por lo menos, la presentación de la foto al concurso fotográfico que se celebra en mi población ligado a la fiesta, me permitió ganar un 3er premio, cuya dotación económica me ha amortizado la adquisición de los anillos de extensión y la impresión de la imagen (y alguna cerveza, para celebrarlo).
La colisión de gotas
Como podéis ver en el artículo ‘Ejercicio 03. Colisión de gotas de agua’, la altura de las columnas de agua previas a estas colisiones, a duras penas alcanzan los 5-6 cm.
Por tanto, para conseguir una magnitud suficiente nos tendremos que acercar lo máximo posible (ojo con las salpicaduras) para no tener que ampliar después y perder calidad.
Otros elementos: La textura
En mi corta experiencia con la fotografía macro y de aproximación, recientemente he realizado una fotografía de producto de uno de los artículos que vendemos en la tienda que gestionamos mi mujer y yo: los huevos ecológicos.
Debo reconocer y dar las gracias a Fran Nieto, ya que la fotografía que he realizado se basa en la imagen que aparece en una página de su libro ‘Fotografía macro’.
En esta imagen nos aparece un elemento muy interesante que, con la iluminación adecuada, y una edición posterior concreta, nos enriquecerá mucho la imagen final: la textura.
El apilado de imágenes (focus stacking)
La técnica del focus stacking sirve para, dada la escasa profundidad de campo que tienen las fotografías macro y de aproximación, apilarlas de tal manera que la imagen final esté enfocada en toda su profundidad.
Pensemos que esta técnica no sólo es necesaria en fotografía macro. También la tendremos que utilizar en ocasiones con la fotografía de producto.
Hasta ahora he utilizado dos programas para este cometido.
Photoshop tiene la ventaja que funciona perfectamente en conjunción con Lightroom (mi programa favorito para el procesado de imágenes), incluso para estos menesteres.
Sin embargo, cuando utilizamos el riel macro desplazando la cámara en cada toma, el resultado que arroja Photoshop es desastroso. Para ello he probado Zerene Stacker en su período de prueba gratuito y sus resultados son buenos.
Cómo modifican los anillos de extensión a los objetivos
Aunque llevo muy poco tiempo experimentando este tipo de fotografía, he elaborado unas tablas de pruebas que muestro más abajo, y puedo sacar estas primeras conclusiones (algunas obvias, otras inesperadas):
Los anillos de extensión no aumentan la distancia focal del objetivo. Al contrario, disminuyen la distancia mínima de enfoque. Es por ello que, al acercarte más al objeto, éste se magnifica.
Los anillos de extensión también disminuyen, por desgracia o no, la distancia máxima de enfoque.
También disminuyen la profundidad de campo, a tener en cuenta para el apilado de imágenes.
De los 3 anillos de extensión del kit, con distancias focales inferiores, sólo el de 36 mm ya permite alcanzar el nivel macro. Por supuesto, las combinaciones mayores también llegan a macro.
Con los anillo de extensión no se reduce la medición de exposición (o muy poco).
Y lo principal, y que más me sorprendió, es que los anillos de extensión consiguen un mayor ratio de magnificación con distancias focales cortas que con largas, tanto en objetivos zoom como de focal fija.
Aquí tenéis las tablas de datos, por si queréis estudiarlos y sacar vuestras propias conclusiones.
Objetivo zoom 55-200mm
Anillo
D.F.
V
d
ISO
Dist.mín.
Dist.máx.
Sin
55mm
1/50
f4
100
84 cm
N.D.
Sin
200mm
1/10
f5.6
100
92 cm
N.D.
12mm
55mm
1/30
f4
100
21 cm
24 cm
12mm
200mm
1/15
f5.6
100
69 cm
N.D.
20mm
55mm
1/15
f4
100
14 cm
16 cm
20mm
200mm
1/20
f5.6
100
66 cm
N.D.
36mm
55mm
1/15
f4
100
8 cm
8 cm
36mm
200mm
1/13
f5.6
100
56 cm
130 cm
12+36mm
55mm
1/10
f4
100
6 cm
6 cm
12+36mm
200mm
1/10
f5.6
100
52 cm
123 cm
20+36mm
55mm
1/15
f4
100
4 cm
4 cm
20+36mm
200mm
1/10
f5.6
100
49 cm
110 cm
12+20+36mm
55mm
1/13
f4
100
3 cm
3 cm
12+20+36mm
200mm
1/10
f5.6
100
46 cm
92 cm
Objetivo kit Nikon 55-200 f:4-5.6 en Nikon D7500
Y esta otra con objetivos fijos
Anillos
D.F.
V
d
ISO
Dist.mín.
Dist.máx.
Sin
85mm
1/100
f1.8
100
60 cm
N.D.
12mm
85mm
1/100
f1.8
100
29 cm
60 cm
20mm
85mm
1/100
f1.8
100
24 cm
40 cm
36mm
85mm
1/80
f1.8
100
17 cm
23 cm
12+36mm
85mm
1/80
f1.8
100
14 cm
16,5 cm
20+36mm
85mm
1/60
f1.8
100
13 cm
15 cm
12+20+36mm
85mm
1/50
f1.8
100
11 cm
12,5 cm
Sin
50mm
1/250
f1.4
100
32 cm
N.D.
12mm
50mm
1/200
f1.4
100
12 cm
20 cm
20mm
50mm
1/160
f1.4
100
10 cm
13 cm
36mm
50mm
1/125
f1.4
100
5 cm
6,5 cm
12+36mm
50mm
1/100
f1.4
100
4,5 cm
4,5 cm
20+36mm
50mm
1/100
f1.4
100
4 cm
4,5 cm
12+20+36mm
50mm
1/80
f1.4
100
3 cm
3,5 cm
Sin
35mm
1/100
f1.8
100
12 cm
N.D.
12mm
35mm
1/100
f1.8
100
4,5 cm
8 cm
20mm
35mm
1/80
f1.8
100
3 cm
5 cm
36mm
35mm
1/60
f1.8
100
1,5 cm
2 cm
12+36mm
35mm
1/60
f1.8
100
1 cm
1 cm
20+36mm
35mm
1/50
f1.8
100
1 cm
1 cm
12+20+36mm
35mm
1/40
f1.8
100
0,5 cm
0,5 cm
Objetivos 35mm f1.8, 50mm f1.4 y 85mm f1.8 en Nikon D750
Conclusiones
Este artículo me ha salido excepcionalmente largo. Pero es que nunca me hubiera imaginado el juego que me darían estos anillos de extensión, con un coste tan económico.
De momento, quizá su aplicación más notable sea la de poder aproximarte mejor al objeto que deseas fotografiar, para así obtener detalles, texturas y, sobre todo, calidad de la imagen obtenida.
Pero, además, se te abre un enorme pequeño mundo ante tu cámara. Un mundo por descubrir y que te ofrecerá muchas posibilidades, com puedes ver en la galería siguiente de mi último safari fotográfico macro.
A partir de aquí, la iluminación, la composición y cualquier otra técnica fotográfica que se nos ocurra nos podrán ofrecer un infinito abanico de posibilidades.
El pasado octubre de 2022 me hice un regalo especial para mi 52 aniversario. Me pedí, por la web oficial, un trigger Pluto en kit completo, que incluye la válvula de agua.
¿Por qué me compré este y no otro? Simplemente porque yo no sabía que existían este tipo de disparadores.
Estos triggers, básicamente, lo que hacen es disparar la cámara y/o el flash en función de la señal que recibe desde alguno de sus sensores (o de los sensores del móvil), según esté programado con la app del móvil.
Funcionamiento del trigger Pluto
Os adelanto que si el Covid-19 lo hubieran hecho como el trigger Pluto, la pandemia nunca habría salido de Wuhan. Falla más que una escopeta de feria y muchos pormenores de su funcionamiento no son contemplados en el manual del disparador.
Pero vamos a ver ahora cómo funciona este accesorio en el tema que nos toca, las gotas, y empecemos con una sola gota.
En este caso sólo tenemos dos parámetros: ‘Flash Delay’ y ‘Drop 1 Size’. El primero indica el tiempo que tardará el flash (o la cámara) en encenderse, y el segundo el tiempo que la válvula estará abierta (lo que determinará el tamaño de la gota resultante).
En este punto, os voy a dar unas primeras pautas del funcionamiento del disparador, que he ido observando:
Si ‘Delay Flash’ es menor que ‘Drop 1 Size’ la válvula nos dejará caer un chorro de agua.
Con una altura excesiva, la gota se divide.
Con un tamaño excesivo, la gota se divide.
Pero seguid leyendo, que vendrán más.
A partir de aquí se pueden conseguir, para una altura de 50 cm entre la válvula y la superficie de agua, y 45 mm de profundidad de dicha superficie (profundidad de la bandeja) las siguientes tomas, con los valores de los dos parámetros adjuntos.
Flash Delay: 35 | Drop 1 Size: 10
Flash Delay: 40 | Drop 1 Size 10
Flas Delay: 140 | Drop 1 Size 30
Nadie se piense que llegar a este punto es tan fácil como parece. En todo este proceso yo me he encontrado con problemas de conexión, baterías que se agotan increiblemente rápido, pruebas infructuosas con el disparo con infrarrojos, etc, etc.
La segunda gota
Una vez ya controlamos (o eso creemos) la gestión de una sola gota, se trata de añadir una segunda gota que colisione con la columna provocada por la primera gota, formando la ansiada seta.
Aquí entran en juego dos parámetros más en la app: ‘Drop 2 Delay’, que indica el lapso que va desde la formación de la primera gota y la formación de la segunda gota, y ‘Drop 2 Size’, que nos determinará el tamaño de la segunda gota (por el tiempo que permanece abierta la válvula).
Vaya aquí mi segunda píldora de consejos:
‘Flash Delay’ debe ser mayor que la suma de los otros 3 parámetros. Si no es así, otro chorro en la segunda gota (qué manía).
Parece que queda mejor la colisión si la segunda gota tiene un tamaño menor.
Se consigue una cierta pauta (muy importante) si entre cada disparo, se sale de la app del móvil y se vuelve a entrar. Se pierde tiempo, pero los resultados son bastante homogéneos.
Os aviso que no serán los últimos consejos.
Otras muestras de lo que se puede conseguir.
Como parámetros de prueba, a mi me funcionan ‘Flash Delay’ 195, ‘Drop 1 Size’ 30, ‘Drop 2 Delay’ 120 y ‘Drop 2 Size’ 30. Aunque también podéis probar a 190, 25, 130 y 20. Pero recordad que estos parámetros son para una altura de 50 cm.
Configuración de la cámara
Los resultados son muy pequeños. Por tanto hay que acercarse lo máximo posible para poder conseguir fotografías dignas sin excesiva ampliación. En mi caso, al no disponer de un objetivo macro (lo tengo pendiente, el 105mm macro, unos 1000 pavos), le puse un anillo de extensión, concretamente el más pequeño del pack, el de 12mm.
Como te acercas bastante, ya sabrás que se reduce la PdC (profundidad de campo). Para ampliarla cerré al máximo el diafragma. Concretamente a f/16, que es el máximo de mi querido Nikon 85mm 1.8.
ISO 100. Siempre. Sólo la aumentamos cuando no queda más remedio, y lo mínimo imprescindible.
Velocidad. Mi compañero Rubén me hizo darme cuenta que a 1/1250 no quedaban bien definidas. Por tanto, las hago a 1/1600.
Para el enfoque vi en una página que luego os pasaré el enlace que se podía utilizar un escalímetro de construcción. Es idóneo porque es como un prisma triangular, además de tener marcas con números. De esta forma, tiramos una gota y lo colocamos de pie en donde caiga, para utilizarlo para el enfoque. Una vez lo enfoquemos con el AF (o desplazando el trípo delante o detrás, jeje), quitamos el autoenfoque y ya tenemos la cámara lista para disparar.
Accesorios
Si bien resulta útil un vaso de whisky para entender el proceso de la caída de la gota, la formación del hueco en el agua y la posterior columna de agua (lo recomiendo), la utilización de una bandeja (o cuenco, o lo que sea, algo más grande) nos hará que la superficie se quede quieta y plana antes. Si además es negra, nos reflejará el color de lo que pongamos detrás, en el fondo. Yo estoy utilizando una bandeja de horno, pero es gris marengo, por lo que no me da el acabado que busco.
Para la iluminación utilizo un comander para la cámara y un trigger en el flash. Este último a plena potencia y bastante cerca de la bandeja de agua.
Una última píldora de consejos:
La válvula tiñe el agua. No me preguntéis porqué, pero tiene una sustancia abajo que la tiñe. Después de muchos usos, me sigue pasando.
El uso de la bandeja parece que favorece que la columna de agua suba más en vertical (quizá por la ausencia de ondas) y por lo tanto la segunda gota colisione con más frecuencia.
En mi caso, después de muchas pruebas, me resultó útil, para la primera gota, el vídeo. Así, grabé la gota con ‘Drop size’ a 10, 20, 30, 40, 50, 60, 70, 80, 90 y 100, y a alturas de válvula de 10, 20, 30, 40 y 50 cm. El mayor columna se dio con ‘Drop Size’ a 30, y 50 cm de altura de válvula.
Pero lo principal, en todo esto, para mi, es tomar notas. Apuntad los parámetros que estáis utilizando. Incluso poned una etiqueta que salga en las fotos. También las sensaciones, lo que pensáis, lo que creeis. Lo que sea, para que luego podáis sacar las conclusiones de cómo funciona mejor este trigger.
No sé si es en la página que os paso el enlace más abajo, o en algún vídeo de Youtube, comentan que la válvula funciona mejor cuando está más llena de agua. A mi también me lo ha parecido.
Enlaces
Os paso un par de enlaces para que os orientéis más:
Nicole S. Young es una fotógrafa que nos regala este artículo en su página web con unas imágenes de gotas espectaculares.
https://es.plutotrigger.com/pages/videos
Este vínculo nos lleva a los tutoriales en vídeo de Pluto trigger. Concretamente, hay dos sobre gotas de agua.
Conclusiones
Como conclusión, os voy a dejar una historia y el montaje final. Este artículo queda abierto a modificaciones posteriores, porque me falta mejorar detalles y añadir materiales, como por ejemplo espesar el agua de la válvula y colorearla.
Para que te relajes, te voy a explicar una historia:
Érase una gota que se cayó en una plácida balsa de agua.
Con el fuerte impacto, produjo un bello hueco.
Del cual surgió una esbelta columna de agua.
De repente, apareció otra gota de agua que dijo: “Hola”.
Los modos de disparo de las cámaras digitales son una de las primeras cuestiones que cualquier fotógrafo aprende.
Otro tema que pronto aprendemos en fotógrafía son los tres vértices del triángulo de la luz: velocidad, abertura y sensibilidad.
En este artículo quiero darle una vuelta más a estos dos temas, añadiendo lo que se podría denominar un nuevo modo de disparo.
Los modos de disparo
En líneas generales, las cámaras digitales actuales disponen de los modos de disparo automático, de prioridad o semiautomáticos (a la apertura o a la velocidad), y manual.
Dial de modos de disparo
Modo de disparo automático
Este modo, obviamente, es el que utiliza todo aquel que recién empieza en la fotografía. Pero no sólo eso, también pueden existir razones que recomienden utilizar este modo de disparo. Por ejemplo, en una ocasión cubrí una fiesta Holi (esa en la que los participantes tiran al aire polvos de color) metiéndome dentro, que es donde se toman buenas imágenes. Obviamente, para hacerlo tuve que proteger toda la cámara, no sólo para que no se ensuciara, sino para evitar que se le metiera el polvo dentro. Ante la complicación de manipulación de los diferentes selectores de la cámara con la protección, decidi ponerla en modo Automático. El problema fue que yo no me protegí de la misma forma y a mi mujer no le hizo mucha gracia.
Modos de prioridad a la abertura y a la velocidad
En función de una sensibilidad ISO pre-definida, nosotros establecemos la abertura de diafragma o la velocidad del obturador, y la cámara se encarga automáticamente de seleccionar la velocidad o la abertura en función de la luz de la escena. Es decir si tengo prioridad a la abertura, yo controlo dicha abertura, y la cámara selecciona la velocidad necesaria, y al contrario en la prioridad a la velocidad.
Modo manual
El que es considerado como obligatorio por muchos fotógrafos (con lo cual yo no estoy de acuerdo, aunque es el que utilizo preferentemente), fuerza al fotógrafo a controlar todos los parámetros, es decir ISO, velocidad y abertura de diafragma.
El triángulo de la luz en fotografía
Casi todos ya sabemos a estas alturas cuáles son los tres vértices del triángulo de la luz en fotografía: la velocidad, la abertura y la sensibilidad ISO. Vamos a ver cada uno de ellos y sus consecuencias derivadas.
Diales abertura y velocidad
La velocidad
La velocidad que utilicemos en el disparo nos permitirá congelar más o menos la imagen en función de la fotografía que busquemos. Así, podemos ir desde una larga exposición para tomas nocturnas (destellos, lightpainting, efecto seda en el agua, …), pasando por imágenes en movimiento (panning, paneo o barrido, zooming, …) y finalizando por la congelación del movimiento.
Otra consideración importante en cuanto a la velocidad de disparo es la posibilidad de trepidación de la imagen. Recordemos que la velocidad de disparo adecuada para fotografías hechas a mano es aquella que nos evitará la trepidación de la imagen debida a nuestro propio movimiento.
La abertura del diafragma
Con la abertura del diafragma modificaremos otro parámetro muy importante a la hora de tomar una foto: la profundidad de campo. Y, relacionado con ella, el bokeh.
Cuando realizamos fotografía de retrato, por ejemplo, es una buena opción aislar al sujeto protagonista mediante el desenfoque del resto de la imagen (lo que llamamos bokeh, cuya calidad ya depende de la calidad del objetivo, principalmente).
Sin embargo, en otros tipos de fotografía (paisaje, por ejemplo), buscaremos profundidades de campo mayores, para que todos los elementos del encuadre salgan suficientemente nítidos (hasta el punto máximo de la distancia hiperfocal).
Por tanto, una mayor abertura de diafragma (número f menor) nos ofrecerá más luz pero menor profundidad de campo (PdC), y una menor abertura (número f mayor) nos dará menos luz y una mayor PdC. Así, una tendencia muy común cuando andamos escasos de luz es abrir el diafragma al máximo.
Pero cuidado, ello nos reducirá la profundidad de campo y nos podrá provocar problemas de enfoque en nuestra fotografía.
La sensibilidad ISO
Generalmente establecemos una sensibilidad ISO antes de realizar nuestras fotos (y suele ser la básica del sensor, casi siempre ISO 100 ó 50) y luego decidimos los valores de la velocidad y la abertura.
Sin embargo, la sensibilidad la podemos aumentar, pagando un cierto precio: el ruido. Resulta curiosa la similitud, en este aspecto, entre la fotografía analógica antigua y la fotografía digital actual. Antiguamente ibas a comprar un carrete de fotos en función de la sensibilidad ASA que necesitabas. Dicha sensibilidad provocaba en la imagen final el grano. A más sensibilidad ASA, más grano; a más sensibilidad ISO, más ruido. Lo mismo, dicho de otra forma.
El ruido a ISOs elevadas viene provocado por un efecto también conocido en radio. Como llega poca información al sensor, al subir la ISO el procesador de la cámara amplía dicha información, provocando como cuando llega una señal débil a nuestro receptor de radio y subimos el volumen: escuchamos mejor la emisión, pero con ruido.
Un nuevo modo de disparo
Una vez tenemos claros los dos temas previos (los modos de disparo y el triángulo de la luz), podemos adentrarnos en otro modo de disparo que está a medio camino entre el modo manual y los modos semiautomáticos. El modo de disparo con ISO flotante.
Este modo se basa en lo siguiente: en función de la calidad de la cámara (o mejor dicho, del sensor), podemos realizar tomas fotográficas a diferentes sensibilidades, sin que el resultado final adolezca de exceso de ruido. Ello nos permite entonces realizar una fotografía preocupándonos de la velocidad y la abertura, y dejando que la cámara establezca la sensibilidad necesaria para la toma en función de la luz de la escena.
Menú Disparo Foto
Ajustes Sensibilidad ISO
Para empezar, lo recomendable es realizar pruebas con las distintas sensibilidades que nos ofrece la cámara. Una vez pasadas al ordenador (mejor que en la cámara), podremos establecer qué ISO máxima consideramos aceptable. Esa ISO será la que indiquemos en la cámara como ISO máxima, dejaremos la sensibilidad libre y estableceremos el modo de disparo manual. Así, en las cámaras que tienen doble rueda de selección (en mi caso las tienen la D7500 y la D750), con ambas iremos seleccionando la abertura y la velocidad.
Pruebas con la D750. Aceptable hasta ISO 1600. ISO 3200 y 6400, a elección del usuario. Superior, inaceptable.Pruebas con la D7500. Podemos subir un paso más, hasta 3200. ISO 6400 y 12800 según cada uno. Superior, inaceptable
Unicamente deberemos estar pendientes de estos dos parámetros, así como del aviso del visor en caso de luz escasa (incluso a ISO máxima).
Conclusión
Resulta curioso tantos y tantos artículos que he leído sobre los modos de disparo, y que ninguno de ellos proponga esta posibilidad, ni de soslayo. Con este sistema, sólo tendrás que vigilar la velocidad y el diafragma que quieres para tus imágenes, dejando que sea la cámara la que decida la ISO necesaria para realizarlas.
Qué te ha parecido este sistema? Deja tus comentarios y hazme propuestas.
Efectivamente. ‘LABORATORIO FOTOGRÁFICO’ es ir un paso más allá, y hacer fotografías que no haya hecho hasta ahora.
Han sido 5 años muy intensos, haciendo fotografía a lo que se movía y a lo que no se movía. Afortunadamente, la pandemia, el confinamiento y los ERTE, supusieron un punto de inflexión en mi desarrollo como fotógrafo, ya que pude parar para estudiar. Sin embargo, ahora ha llegado el momento de dar otro paso más, realizando fotografías nuevas, que no he hecho antes, para subir otro escalón.
He ido recopilando multitud de artículos de revistas que pude adquirir antes de que desaparecieran (ahora ya no existen revistas de fotografía en los quioscos), aparte de artículos en webs especializadas (léase Xataka foto, dZoom, Blog del Fotógrafo o Photolari). De muchos de ellos he podido extraer propuestas, ejercicios, para realizar fotografías con técnicas que no he probado hasta ahora.
Pero no nos quedemos ahí
La idea no sólo es probar nuevas técnicas fotográficas. Se trata de buscar la manera en que se puede implementar los diferentes ejercicios de ‘LABORATORIO FOTOGRÁFICO’ a mi producción fotográfica habitual.
Conclusión
No voy a enumerar aquí los distintos ejercicios que realizaré. No tengo un número concreto de ellos, ni un plazo establecido de ejecución. A medida que los vaya desarrollando, los iré publicando. Mientras tanto, si alguien tiene alguna sugerencia, la puede aportar, que soy todo oídos.
Si el primer ejercicio de ‘LABORATORIO FOTOGRÁFICO’ era fotografía con flash a la 2ª cortinilla, en el segundo me centré en la fotografía estroboscópica.
Una fotografía estroboscópica es aquella fotografía de larga duración en la que programamos el/los flash para que iluminen la escena cada cierto tiempo.
La técnica es muy sencilla. En mi caso, dispongo de dos flash Yongnuo YN568EXIII N. Para la realización de estas fotografías debemos seleccionar el modo Multi, y a partir de ahí le indicamos la potencia (medida en porciones de segundo), la cantidad de ‘fogonazos’ y la frecuencia en que se harán, es decir la cantidad de flashes por segundo.
Primero, en mi estudio, hice unas pruebas con unas pelotas de ping-pong y de goma, que me dieron unos resultados prometedores:
Varias notas sobre este tipo de fotos:
Cuanta menos luz ambiente haya, mejor, para evitar la aparición de los fondos, molestos y complicados de eliminar.
Un pequeño truco: planchad el fondo para eliminar las marcas de dobleces producidas por el empaquetado. Os ayudará a la hora del procesado de la imagen.
Finalmente, y quizá lo más importante, la potencia del flash es siempre la misma, la máxima. Entonces, cuando nosotros le indicamos la potencia de luz que queremos, lo que hacemos, realmente, es indicarle el tiempo que el flash estará iluminando la escena.
Cuando el flash emite un destello, luego tiene que recuperar energía en el acumulador interior que tiene. Por tanto, cuanto más largo sea este destello, y por tanto más potente, luego necesitará más tiempo para recargar. Es decir, no puedes pedirle grandes destellos en muy poco tiempo. El mismo flash te modificará los parámetros.
Con los resultados que obtuve con las pruebas con pelotas, se me ocurrió hacer una fotografía más elaborada con mi hija pequeña. Se trataba de que ella realizara una cata de artes marciales. Para ello, tuve que ‘chantajearla’ con un pago de 20 € para hacer la sesión. En su defensa debo decir que la muchacha se ha esforzado (de lo contrario, ni un duro, palabra), aunque el tema de la coordinación no es su fuerte. Pero bueno, al final hemos conseguido algo digno.
Lo reconozco, tengo una hija muy guapa
Un último detalle técnico, que yo ya preveía antes de la sesión: La Ley del Cuadrado Inverso. Esta ley lo que nos dice, básicamente, es que la intensidad de la luz es inversamente proporcional al cuadrado de la distancia al foco de dicha luz (en este caso, el flash).
Si os fijáis en la imagen, veréis que mi hija realiza la cata acercándose al flash (obvio, para que se le iluminara la cara, que bien bonita la tiene). Por tanto, cada destello hace que mi hija esté más iluminada.
Finalmente, sólo diré que he necesitado los dos flash que tengo, con sus respectivos softboxes. En cuanto al procesado, sólo Lightroom, aumentando el contraste, bajando los negros y subiendo las iluminaciones.
En fin, creo que la fotografía estroboscópica, en estudio, nos puede ofrecer nuevas variantes de imágenes, sólo se trata de probarlo.
Y vosotros, tenéis alguna idea para utilizar esta técnica?.
Vaya por delante que sólo soy un fotógrafo aficionado; con una cierta experiencia, pero sólo aficionado. También es mi primer artículo.
NOTA PREVIA: Si empleas objetivos zoom, lo que voy a explicar aquí no es fácil llevarlo a la práctica. Pero, si por el contrario, utilizas objetivos fijos (como hago yo para algunos tipos de fotografía), sí te puede resultar útil este artículo.
La distancia hiperfocal
Empecemos con el concepto de distancia hiperfocal: es la distancia de enfoque de un objetivo por la cual la profundidad de campo es mayor, concretamente desde la mitad de esta distancia, por delante, hasta el infinito, por detrás.
Esta distancia se establece en función de 3 parámetros: la distancia focal, la apertura del diafragma y el factor de recorte del sensor.
Parámetros de la distancia hiperfocal
Al utilizar objetivos fijos, como expliqué al comienzo del artículo, uno de los parámetros ya lo tienes establecido, la distancia focal.
El sensor de tu cámara marcará un segundo parámetro. Por tanto, sólo tendrás que elegir la apertura de diafragma que vas a emplear, para conocer la distancia hiperfocal.
En mi caso f/11 es un punto en el que me siento cómodo, por ejemplo para fotografías panorámicas de alta definición.
Una vez ya tenemos los 3 parámetros, acudimos a tablas accesibles en internet (yo suelo utilizar una conocida aplicación para móviles) y obtenemos la distancia hiperfocal.
Los objetivos pre-enfocados
Aquí empieza la técnica, que es muy sencilla. Se trata de situar la cámara y un objeto al que enfocar en la distancia hiperfocal (espacio controlado). Enfocamos al objeto y a continuación quitamos el enfoque automático de la cámara. Ya tenemos el objetivo listo. Yo, por si acaso, también quito el enfoque automático del objetivo.
Con este objetivo ya podemos tomar todas las fotografías que queramos sin necesidad de enfocar. Sólo debemos vigilar dos detalles: el/los motivos de nuestras tomas no pueden situarse a menos de la mitad de la distancia hiperfocal (saldrían desenfocados), y no podemos tocar el anillo de enfoque manual del objetivo (para ello el parasol guardado es muy útil, incluso con cinta adhesiva que evite tocar dicho anillo).
Y todo esto, ¿para qué?
La utilidad de este método se da en dos momentos concretos: Cuando por premura no tienes tiempo para enfocar y disparar, y cuando no puedas encontrar un punto en la distancia hiperfocal sobre el que enfocar.
En el primer caso hablaríamos de fotografías tipo street photography. El segundo sería aplicable en fotografía de paisaje y panorámicas.
Un caso concreto, los castells
Yo he empleado este método en la realización de una panorámica concreta, un castell. Esta torre humana típica de Catalunya se realiza a base de que unos castellers se coloquen encima de los que previamente se han colocado. Es decir, que para ascender el castell los participantes tienen que subir escalando sobre sus compañeros ya colocados. Por tanto, no se puede realizar la panorámica durante la carga de la torre. Sólo es posible hacerlo cuando la enxaneta (el niño o niña que corona la torre) corona, alzando la mano. Además, el resto de las tomas de la panorámica final también se tienen que hacer deprisa, ya que el desmontaje del castell también es rápido.
Pues el resultado final es el que puedes ver en la fotografía adjunta. El resultado es correcto, en cuanto a nitidez y enfoque se refiere.
Y tú, ¿encuentras alguna otra utilidad a este método? Deja tus comentarios más abajo si el artículo te ha resultado interesante.