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Otro modo de disparo

Los modos de disparo de las cámaras digitales son una de las primeras cuestiones que cualquier fotógrafo aprende.

Otro tema que pronto aprendemos en fotógrafía son los tres vértices del triángulo de la luz: velocidad, abertura y sensibilidad.

En este artículo quiero darle una vuelta más a estos dos temas, añadiendo lo que se podría denominar un nuevo modo de disparo.

Los modos de disparo

En líneas generales, las cámaras digitales actuales disponen de los modos de disparo automático, de prioridad o semiautomáticos (a la apertura o a la velocidad), y manual.

Dial de modos de disparo

Modo de disparo automático

Este modo, obviamente, es el que utiliza todo aquel que recién empieza en la fotografía. Pero no sólo eso, también pueden existir razones que recomienden utilizar este modo de disparo. Por ejemplo, en una ocasión cubrí una fiesta Holi (esa en la que los participantes tiran al aire polvos de color) metiéndome dentro, que es donde se toman buenas imágenes. Obviamente, para hacerlo tuve que proteger toda la cámara, no sólo para que no se ensuciara, sino para evitar que se le metiera el polvo dentro. Ante la complicación de manipulación de los diferentes selectores de la cámara con la protección, decidi ponerla en modo Automático. El problema fue que yo no me protegí de la misma forma y a mi mujer no le hizo mucha gracia.

Modos de prioridad a la abertura y a la velocidad

En función de una sensibilidad ISO pre-definida, nosotros establecemos la abertura de diafragma o la velocidad del obturador, y la cámara se encarga automáticamente de seleccionar la velocidad o la abertura en función de la luz de la escena. Es decir si tengo prioridad a la abertura, yo controlo dicha abertura, y la cámara selecciona la velocidad necesaria, y al contrario en la prioridad a la velocidad.

Modo manual

El que es considerado como obligatorio por muchos fotógrafos (con lo cual yo no estoy de acuerdo, aunque es el que utilizo preferentemente), fuerza al fotógrafo a controlar todos los parámetros, es decir ISO, velocidad y abertura de diafragma.

El triángulo de la luz en fotografía

Casi todos ya sabemos a estas alturas cuáles son los tres vértices del triángulo de la luz en fotografía: la velocidad, la abertura y la sensibilidad ISO. Vamos a ver cada uno de ellos y sus consecuencias derivadas.

Diales abertura y velocidad

La velocidad

La velocidad que utilicemos en el disparo nos permitirá congelar más o menos la imagen en función de la fotografía que busquemos. Así, podemos ir desde una larga exposición para tomas nocturnas (destellos, lightpainting, efecto seda en el agua, …), pasando por imágenes en movimiento (panning, paneo o barrido, zooming, …) y finalizando por la congelación del movimiento.

Otra consideración importante en cuanto a la velocidad de disparo es la posibilidad de trepidación de la imagen. Recordemos que la velocidad de disparo adecuada para fotografías hechas a mano es aquella que nos evitará la trepidación de la imagen debida a nuestro propio movimiento.

La abertura del diafragma

Con la abertura del diafragma modificaremos otro parámetro muy importante a la hora de tomar una foto: la profundidad de campo. Y, relacionado con ella, el bokeh.

Cuando realizamos fotografía de retrato, por ejemplo, es una buena opción aislar al sujeto protagonista mediante el desenfoque del resto de la imagen (lo que llamamos bokeh, cuya calidad ya depende de la calidad del objetivo, principalmente).

Sin embargo, en otros tipos de fotografía (paisaje, por ejemplo), buscaremos profundidades de campo mayores, para que todos los elementos del encuadre salgan suficientemente nítidos (hasta el punto máximo de la distancia hiperfocal).

Por tanto, una mayor abertura de diafragma (número f menor) nos ofrecerá más luz pero menor profundidad de campo (PdC), y una menor abertura (número f mayor) nos dará menos luz y una mayor PdC. Así, una tendencia muy común cuando andamos escasos de luz es abrir el diafragma al máximo.

Pero cuidado, ello nos reducirá la profundidad de campo y nos podrá provocar problemas de enfoque en nuestra fotografía.

La sensibilidad ISO

Generalmente establecemos una sensibilidad ISO antes de realizar nuestras fotos (y suele ser la básica del sensor, casi siempre ISO 100 ó 50) y luego decidimos los valores de la velocidad y la abertura.

Sin embargo, la sensibilidad la podemos aumentar, pagando un cierto precio: el ruido. Resulta curiosa la similitud, en este aspecto, entre la fotografía analógica antigua y la fotografía digital actual. Antiguamente ibas a comprar un carrete de fotos en función de la sensibilidad ASA que necesitabas. Dicha sensibilidad provocaba en la imagen final el grano. A más sensibilidad ASA, más grano; a más sensibilidad ISO, más ruido. Lo mismo, dicho de otra forma.

El ruido a ISOs elevadas viene provocado por un efecto también conocido en radio. Como llega poca información al sensor, al subir la ISO el procesador de la cámara amplía dicha información, provocando como cuando llega una señal débil a nuestro receptor de radio y subimos el volumen: escuchamos mejor la emisión, pero con ruido.

Un nuevo modo de disparo

Una vez tenemos claros los dos temas previos (los modos de disparo y el triángulo de la luz), podemos adentrarnos en otro modo de disparo que está a medio camino entre el modo manual y los modos semiautomáticos. El modo de disparo con ISO flotante.

Este modo se basa en lo siguiente: en función de la calidad de la cámara (o mejor dicho, del sensor), podemos realizar tomas fotográficas a diferentes sensibilidades, sin que el resultado final adolezca de exceso de ruido. Ello nos permite entonces realizar una fotografía preocupándonos de la velocidad y la abertura, y dejando que la cámara establezca la sensibilidad necesaria para la toma en función de la luz de la escena.

Menú Disparo Foto
Ajustes Sensibilidad ISO

Para empezar, lo recomendable es realizar pruebas con las distintas sensibilidades que nos ofrece la cámara. Una vez pasadas al ordenador (mejor que en la cámara), podremos establecer qué ISO máxima consideramos aceptable. Esa ISO será la que indiquemos en la cámara como ISO máxima, dejaremos la sensibilidad libre y estableceremos el modo de disparo manual. Así, en las cámaras que tienen doble rueda de selección (en mi caso las tienen la D7500 y la D750), con ambas iremos seleccionando la abertura y la velocidad.

Pruebas con la D750. Aceptable hasta ISO 1600. ISO 3200 y 6400, a elección del usuario. Superior, inaceptable.
Pruebas con la D7500. Podemos subir un paso más, hasta 3200. ISO 6400 y 12800 según cada uno. Superior, inaceptable

Unicamente deberemos estar pendientes de estos dos parámetros, así como del aviso del visor en caso de luz escasa (incluso a ISO máxima).

Conclusión

Resulta curioso tantos y tantos artículos que he leído sobre los modos de disparo, y que ninguno de ellos proponga esta posibilidad, ni de soslayo. Con este sistema, sólo tendrás que vigilar la velocidad y el diafragma que quieres para tus imágenes, dejando que sea la cámara la que decida la ISO necesaria para realizarlas.

Qué te ha parecido este sistema? Deja tus comentarios y hazme propuestas.

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La técnica de los objetivos pre-enfocados

Introducción

Vaya por delante que sólo soy un fotógrafo aficionado; con una cierta experiencia, pero sólo aficionado. También es mi primer artículo.

NOTA PREVIA: Si empleas objetivos zoom, lo que voy a explicar aquí no es fácil llevarlo a la práctica. Pero, si por el contrario, utilizas objetivos fijos (como hago yo para algunos tipos de fotografía), sí te puede resultar útil este artículo.

La distancia hiperfocal

Empecemos con el concepto de distancia hiperfocal: es la distancia de enfoque de un objetivo por la cual la profundidad de campo es mayor, concretamente desde la mitad de esta distancia, por delante, hasta el infinito, por detrás.

Esta distancia se establece en función de 3 parámetros: la distancia focal, la apertura del diafragma y el factor de recorte del sensor.

Parámetros de la distancia hiperfocal

Al utilizar objetivos fijos, como expliqué al comienzo del artículo, uno de los parámetros ya lo tienes establecido, la distancia focal.

El sensor de tu cámara marcará un segundo parámetro. Por tanto, sólo tendrás que elegir la apertura de diafragma que vas a emplear, para conocer la distancia hiperfocal.

En mi caso f/11 es un punto en el que me siento cómodo, por ejemplo para fotografías panorámicas de alta definición.

Una vez ya tenemos los 3 parámetros, acudimos a tablas accesibles en internet (yo suelo utilizar una conocida aplicación para móviles) y obtenemos la distancia hiperfocal.

Los objetivos pre-enfocados

Aquí empieza la técnica, que es muy sencilla. Se trata de situar la cámara y un objeto al que enfocar en la distancia hiperfocal (espacio controlado). Enfocamos al objeto y a continuación quitamos el enfoque automático de la cámara. Ya tenemos el objetivo listo. Yo, por si acaso, también quito el enfoque automático del objetivo.

Con este objetivo ya podemos tomar todas las fotografías que queramos sin necesidad de enfocar. Sólo debemos vigilar dos detalles: el/los motivos de nuestras tomas no pueden situarse a menos de la mitad de la distancia hiperfocal (saldrían desenfocados), y no podemos tocar el anillo de enfoque manual del objetivo (para ello el parasol guardado es muy útil, incluso con cinta adhesiva que evite tocar dicho anillo).

Y todo esto, ¿para qué?

La utilidad de este método se da en dos momentos concretos: Cuando por premura no tienes tiempo para enfocar y disparar, y cuando no puedas encontrar un punto en la distancia hiperfocal sobre el que enfocar.

En el primer caso hablaríamos de fotografías tipo street photography. El segundo sería aplicable en fotografía de paisaje y panorámicas.

Un caso concreto, los castells

Yo he empleado este método en la realización de una panorámica concreta, un castell. Esta torre humana típica de Catalunya se realiza a base de que unos castellers se coloquen encima de los que previamente se han colocado. Es decir, que para ascender el castell los participantes tienen que subir escalando sobre sus compañeros ya colocados. Por tanto, no se puede realizar la panorámica durante la carga de la torre. Sólo es posible hacerlo cuando la enxaneta (el niño o niña que corona la torre) corona, alzando la mano. Además, el resto de las tomas de la panorámica final también se tienen que hacer deprisa, ya que el desmontaje del castell también es rápido.

Pues el resultado final es el que puedes ver en la fotografía adjunta. El resultado es correcto, en cuanto a nitidez y enfoque se refiere.

Y tú, ¿encuentras alguna otra utilidad a este método? Deja tus comentarios más abajo si el artículo te ha resultado interesante.