La profundidad de campo es un parámetro apasionante de la fotografía, que nos permite realzar los motivos que estamos fotografiando respecto del resto de la imagen.
Sin embargo, es un aspecto que, aunque ya empiezo a manejar, aún no lo domino por completo, y de ahí este artículo.
Empecemos con lo básico. Para acortar lo máximo posible la profundidad de campo, es preciso abrir al máximo el diafragma. Para ello, los mejores objetivos son los fijos, generalmente de 50mm, con los que sólo debes enfocar.
Sin embargo, mi objetivo es un AF-P NIKKOR 18-55mm 1:3.5 – 5.6 G. Los número finales indican la mayor apertura de diafragma posible para las diferentes distancias focales. Así, para 18mm corresponde 3.5, y para 55 son 5.6.
Vale. Además, aparte de poder emplear el modo manual de disparo, podemos utilizar el modo A, que es el modo automático con prioridad a la apertura del diafragma.
Sin embargo, había otros parámetros que yo sabía que existían, pero no cuáles eran. Buscando en la web, encontré este artículo que lo explica muy bien.
Así pues, me dispuse a comprobar por mi mismo cómo afectan estos parámetros a la profundidad de campo y, de paso, al tiempo de exposición.
Indice
Practicando con la profundidad de campo
Por tanto, tomé otra vez mis pisapapeles favoritos, que además dan título a esta categoría de artículos: la arroba y el ampersand.
Primero, colocamos ambos objetos, separados 40 cm entre ellos. La cámara se posiciona a 22 cm de la arroba, para encuadrar ambos objetos al máximo en la imagen resultante. Como la iluminación de mi despacho no es excesiva, disponemos una sensibilidad ISO 800 para todas las tomas. Así no nos tenemos que preocupar de este parámetro. Y el modo A, con prioridad a la apertura del diafragma. De esta forma la máquina sólo debe ajustar el tiempo de exposición, y nosotros sólo del encuadre.

El objetivo marca, en el exterior, las siguientes distancias focales: 18, 24, 35, 45 y 55. Por lo tanto, para hacer la siguiente toma giramos a 24 y separamos la cámara a 32 cm, para conseguir un encuadre parecido.

Observamos que el aumento de la distancia focal provoca una disminución de la apertura de diafragma (f mayor).
A continuación hacemos lo mismo a 35mm y ahora separamos a 43 cm.

Ahora toca 45mm y 53 cm de separación.

Finalmente, distancia focal 55mm, lo que conlleva una separación de 67cm.

Hasta aquí, de momento. Ya podemos sacar una conclusión. Mi objetivo es más luminoso, por lo tanto mi cámara necesita menos velocidad de obturación, a una distancia focal de 24mm. Lo había leido en algún manual pero ahora lo constato.
Segunda serie
Vamos a hacer una segunda serie de imágenes, esta vez con una separación entre ambas figuras de 80 cm.
De nuevo, empezamos con una distancia de 22 cm para una distancia focal de 18mm.

El incremento de la distancia focal a 24 nos obliga a separarnos 28 cm.

Para la distancia focal 35mm nos separaremos 40 cm.

Seguimos con 45mm y 53 cm.

Finalmente, llegamos a la máxima distancia focal de mi objetivo, 55mm, lo que nos lleva a 67 cm de separación.

Sin embargo, como ahora tenía la cámara en el pasillo de casa, dispuse de más espacio para seguir probando.

Finalmente, a 150 cm, obtenemos el siguiente resultado.

Efectivamente, comprobamos que, a mayor distancia del objeto, más profundidad de campo tenemos. De ahí que, para hacer fondos desenfocados debamos acercarnos lo máximo posible.
Pero, ¿cómo afecta la distancia focal si no modificamos la distancia al objeto?
Tercera serie
Finalmente, vamos a realizar 5 imágenes sin mover el trípode.
Empezamos con distancia focal 18 mm.

Subimos a 24mm.

Ahora a 35mm.

A 45mm.

Finalmente, hasta 55mm.

Efectivamente, a mayor distancia focal, más se desenfoca el ampersand, lo que indica que se acorta la profundidad de campo.
Ejemplos
Con mi corto recorrido como fotógrafo aficionado, ya he podido recopilar unos cuantos ejemplos de la técnica de la profundidad de campo.
Reto superado
Así pues, vamos a ver, primero, una imagen que no mostré en mi anterior artículo ‘Esplugues fotográfica’, ya que no me acerqué lo suficiente para lograr el aspecto deseado.

Imágenes de naturaleza
Plantas y animales son los motivos más adecuados para el empleo de esta técnica. Las primeras, además, se están quietas, lo que te da tiempo para encuadrar la imagen.

Esculturas
También podemos encontrar motivos en esculturas. Por lentos que seamos, no se moverán, seguro.
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Destino confuso
La técnica de la profundidad de campo nos puede dar mucho juego.

Conclusiones
No soy ningún experto en fotografía. De hecho, aún hoy estoy aprendiendo las diferentes prestaciones de mi cámara. Y todo eso que aprendo es lo que comparto aquí.
La fotografía en general es un mundo muy vasto, en el que cada día te ofrece mil imágenes que descubrir, que fotografiar, que retocar y que publicar.
Por tanto, me queda mucho por estudiar, por indagar, por aprender y por descubrir. Será un largo viaje.
¿Me acompañáis?
Una respuesta a «La profundidad de campo. Arroba ampersand»